F,P,D Univers. 1.- Apuntes para una biografía de Pio XII (31)
Por Jesús Martí Ballester
LAS VISIONES CELESTIALES DE PIO XII
Durante días, Pío XII estuvo tendido en su angosta cama del Palacio Papal respirando ansiosamente. Pascualina no le dejó ni un momento, le sostuvo la mano, le alimentó, susurró oraciones con él. Entre las lágrimas, vio aquella piel tenue, tan blanca y tersa que parecía traslúcida.
De vez en cuando, Pío XII le dirigía una sonrisa y le daba unas palmadas afectuosas en el dorso de la mano. La monja se quedaba mucho después de que el Papa se durmiera por si necesitaba algo o para enjugarle la frente. Durante varias noches le había encontrado demasiado enfermo, y por tanto tomaba asiento cerca en una mecedora, y echaba alguna cabezada.
Un equipo de dieciocho médicos hacían guardia las veinticuatro horas, todos y cada uno temiendo por la vida de Pío XII. Los doctores hablaban a Pascualina de peritonitis o de deficiencia renal. Algunos aconsejaban la intervención quirúrgica mientras que otros descartaban la cirugía.
El 1 de diciembre todos parecieron perder la esperanza porque Pío XII estaba demasiado débil para levantar siquiera la mano y sus pulsaciones apenas eran perceptibles. El gentío empezó a aglomerarse en la plaza de San Pedro para rezar y los equipos de Televisión iniciaron la instalación de su material. Los doctores advirtieron a Pascualina que la muerte era cuestión de horas.
Hacia principios del otoño de 1958, Pío XII sufrió un gravísimo ataque de hipo que escapó a todo control. Aunque se convocara a un regimiento de facultativos y se iniciara toda clase de tratamientos médicos, nada pareció aliviarle. La embestida contra el Papa pareció superar incluso el asalto que casi le arrebatase la vida cuatro años antes.
Por aquellos días, el Cardenal Spellman dirigía una peregrinación desde Estados Unidos al Vaticano. Apenas llegado a Nápoles, Spellman se comunicó por teléfono con Pascualina, y ésta le pidió encarecidamente que acudiera cuanto antes a Castel Gandolfo, donde el Papa yacía muy enfermo.
El 3 de octubre de 1958 ambos conversaron en la biblioteca de la villa papal.
-Esta vez Su Santidad no se recuperará -dijo Pascualina a Spellman con voz grave-. Está muy debilitado.
RASGOS MISTICOS DE PIO XII
Jesucristo se aparece a su Vicario.
En 1954, mientras recitaba el Anima Christi en medio de una grave enfermedad, el Papa vio a Jesucristo. Desde aquel momento y, contra toda esperanza, Pío XII comenzó a recuperarse.
CARACTERES INTELECTUALES-DOCTRINALES DE LA ESPIRITUALIDAD DE PIO XII
Visión Fatimista de Pío XII
En los jardines del Vaticano fue favorecido Pío XII por la visión del milagro del vuelo del sol de Fátima reproducido en los Jardines Vaticanos. Andrea Tornielli revela que Pío XII vio “el milagro del Sol”
El periodista Andrea Tornielli presenta datos inéditos sobre el fenómeno del sol que rotaba
Entrevistado por ZENIT, Andrea Tornielli, vaticanista de “Il Giornale” y comisario de la muestra “Pío XII – el hombre y el pontificado (1876-1958)”, que estará abierta al público desde el 4 de noviembre de 2008 al 6 de enero de 2009 en el Brazo de Carlomagno en el Vaticano, ha revelado que se han encontrado los apuntes en los que Pío XII narra que vio el sol rotar cuatro veces con ocasión de la proclamación del dogma de la Asunción.
Tornielli explicó a ZENIT que ha sido hallado en el archivo familiar un apunte manuscrito inédito en el que el Papa Pacelli describe el “milagro del sol”, un episodio del que hasta hoy se había hablado sólo a través del testimonio indirecto del cardenal Federico Tedeschini, que lo contó durante una homilía.
“He visto el ‘milagro del sol’, esta es la pura verdad”, escribió el Papa Eugenio Pacelli, refiriéndose a un fenómeno similar a cuando había sucedido en Fátima el 13 de octubre de 1917.
En la nota, que se puede ver en la exposición, Pacelli recuerda que en 1950, poco antes de proclamar el dogma de la Asunción (1 de noviembre), mientras paseaba en los jardines vaticanos, asistió varias veces al mismo fenómeno que se verificó en 1917, al final de las apariciones de Fátima, y lo consideró una confirmación celeste de cuanto estaba por realizar.
Pío XII escribió que eran las 4 de la tarde del 30 de octubre de 1950: durante “el habitual paseo en los jardines vaticanos, leyendo y estudiando”, a la altura de la plaza de la Señora de Lourdes “hacia lo alto de la colina, en el camino de la derecha que bordea el murallón de cinta (…) me quedé impresionado por un fenómeno, que nunca hasta ahora había visto”.
“El sol, que estaba aún bastante alto, aparecía como un globo opaco amarillento, circundado todo alrededor por un círculo luminoso”, que sin embargo no impedía en absoluto fijar la mirada “sin recibir la más mínima molestia. Había una nubecilla ligerísima delante”.
La nota de Pacelli continúa describiendo “el globo opaco” que “se movía hacia fuera ligeramente, sea girando, sea moviéndose de izquierda a derecha y viceversa. Pero dentro del globo se veían con toda claridad y sin interrupción fortísimos movimientos”.
El Papa atestigua haber asistido al mismo fenómeno “el 31 de octubre y el 1 de noviembre, día de la definición del dogma de la Asunción, después otra vez el 8 de noviembre. Luego ya no más”.
El Papa Pacelli menciona haber intentado “varias veces” en los otros días, a la misma hora y en condiciones atmosféricas similares, “haber mirado al sol para ver si aparecía el mismo fenómeno, pero en vano, no podía fijar la vista siquiera un instante, los ojos quedaban cegados”.
El Pontífice habló de lo sucedido con algunos cardenales y unos pocos íntimos, tanto que sor Pascalina Lehnert, la religiosa gobernante del apartamento papal, declaró al respecto que “Pío XII estaba muy persuadido de la realidad del extraordinario fenómeno, al que había asistido en cuatro ocasiones”.
Según Tornielli, existe un vínculo sólido entre la vida de Eugenio Pacelli y el misterio de la Virgen María. “Desde niño -subrayó-, Eugenio Pacelli era devoto y estaba inscrito en la Congregación de la Asunción, que tenía la capilla cerca de la Iglesia del Jesús. Una devoción que parece profética, ya que será precisamente él quien declare el dogma de la Asunción en 1950″.
El futuro Papa celebró su primera Misa como sacerdote el 3 de abril de 1899 en el altar del icono de María “Salus Populi Romani” en la capilla Borghese de la Basílica de Santa María la Mayor. “Y después – continua Tornielli – Eugenio Pacelli recibió la ordenación episcopal del Papa Benedicto XV en la capilla Sixtina el 13 de mayo de 1917, día de la primera aparición de la Virgen en Fátima”. En 1940, en calidad de Pontífice, reconoció definitivamente las apariciones de Fátima, y en 1942 consagró el mundo entero al Corazón Inmaculado de María.
Se encontró muchas veces con sor Lucía, la vidente de Fátima, y le ordenó que transcribiera los mensajes recibidos de la Virgen, convirtiéndose por tanto en el primer Pontífice en conocer aquello que durante años ha sido conocido como el tercer secreto, y que Juan Pablo II hizo publicar.
El 1 de noviembre de 1950, tras haber consultado a los obispos de todo el mundo, unánimemente concordes -sólo seis respuestas sobre 1.181 manifestaban alguna reserva-, con la Bula Munificentissimus Deus, Pío XII proclamó el dogma de la Asunción, como cumplimiento del dogma de la Inmaculada Concepción.
PIUS PP XII, DOCTOR MARIALIS
Imagen que corresponde al 1 de noviembre de 1950, fecha en que Pio XII proclamó el dogma de la definición de la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos y de la Realeza de María, Pio XII es el Papa del Año Santo Mariano, Papa de la Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.
PÍO XII: UNA EXPERIENCIA MÍSTICA…
Existen ocasionalmente rumores de visiones y fenómenos "angelicales" asociados con Pio XII durante todo el tiempo de duración de su papado (1939 - 1958). El supuestamente experimentó visiones místicas de Jesús y María. Luego de uno de estas "visiones" el repetidamente le dijo a uno de sus asistentes, " La raza humana debe prepararse para sufrir tal como nunca antes lo ha experimentado."
El expresó su consternación ante lo que vio que iba a enfrentar la humanidad en un futuro no muy lejano, describiendo esos tiempos como "los más negros desde el diluvio". El describió esos tiempos venideros como un período de gran conflicto espiritual," " La hora ha sido señalada - la batalla, la más larga, amarga y feroz que el mundo ha conocido, ha sido iniciada. Y deberá ser peleada hasta el fin." El hizo estos comentarios luego de tener comunicación con la Hermana Lucia, la visionaria sobreviviente de Fátima, una correspondencia que el llevó a través de intermediarios. Aparentemente como resultado de estos contactos, él consagró a la Iglesia entera y el mundo al corazón de María en 1942 aceptando implícitamente las visiones de la Hermana Lucia en Tuy y Pontevedra a finales de 1920. A fines de 1940 supo por medio de Sor Lucia que, las tribulaciones profetizadas por Fátima podían aún ser apaciguadas si el mundo podía ser consagrado al Corazón Inmaculado de María. Claro está si dicha consagración podía ser nuevamente hecha, luego de la fallida consagración de Rusia conjuntamente efectuada por los obispos al unísono con el Papa. Esta vez la haría con los obispos de la Iglesia y con una mención especial de Rusia en las palabras de dedicación, de esta forma las tribulaciones que el vio podrían ser mitigadas.
Para reafirmar la fe que él tenía en la Madre de Dios, él también testificó el inexplicable fenómeno solar de Fátima mientras caminaba en los jardines del Vaticano. Él le escribió a uno de sus cardenales: "Habiendo levantado los papeles que tenía en mi mano, fui impactado por un fenómeno que nunca había visto antes. El sol, el cual estaba muy alto y lejano, parecía un globo pálido y amarillo opacado por un halo luminoso, el cual, no obstante, no me molestó para nada la vista al mirarlo fijamente. Había una nube difusa delante de él. El globo opaco empezó a moverse hacia afuera, lentamente rotando sobre sí mismo, y hiendo de izquierda a derecha y viceversa. Pero dentro del globo se podían ver fuertes movimientos con toda claridad y sin interrupción."
Después de cerca de 1500 años como un creyente más de los muchos creyentes y después de cerca de cincuenta años de intensivos estudios teológicos, a dos días de sus experiencias en el jardín Vaticano, Pío XII declaró oficialmente como un Dogma Católico que María subió al cielo en cuerpo y alma- en una doctrina conocida como la Asunción
(Continuará). "Ideas del hombre y más .......".
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